Solemnidad de Todos los Santos
La iglesia conmemora el 1 de noviembre la Solemnidad de Todos los Santos, donde ensalzamos a «todos los ciudadanos de la Jerusalén Celestial». Celebramos la santidad de muchos hombre y mujeres anónimos que, precisamente por ese anonimato, no tienen día señalado en el santoral, pero que sin duda están ya gozando de la presencia de Dios.
Este día, es una oportunidad que la Iglesia nos da para recordar que Dios nos ha llamado a todos a la santidad. Que ser santo no es tener una aureola en la cabeza y hacer milagros, sino simplemente hacer las cosas ordinarias extraordinariamente bien, con amor y por amor a Dios. Que debemos luchar todos para conseguirla, estando conscientes de que se nos van a presentar algunos obstáculos como nuestra pasión dominante; el desánimo; el agobio del trabajo; el pesimismo; la rutina y las omisiones.
¿Cómo alcanzar la santidad?
La santidad consiste en vivir las bienaventuranzas. Ser pobre, ser humilde, ser misericordioso, luchar por la justicia, ser portador de paz y sufrir por el reino de Dios.
Pongamos nuestra «mirada» en la persona de Jesucristo, aunque sea muy brevemente, consideremos cómo Él lleva a cabo las bienaventuranzas que hemos escuchado del evangelio y, cómo nosotros, en la vida cotidiana, es posible que podamos practicarlas.
- Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
- Bienaventurados los humildes, porque ellos heredarán la tierra.
- Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
- Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos quedarán saciados.
- Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
- Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
- Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán “los hijos de Dios”.
- Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
- Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.
La Festividad de Todos los Fieles Difuntos, popularmente llamado día de los fallecidos o día de difuntos, tiene lugar el día 2 de noviembre, siguiente día al de la Festividad de Todos los Santos, y que es el día designado por la Iglesia Católica Romana para honrar y rezar por aquellos fieles que han acabado ya su vida terrenal y, especialmente, por aquellos que se encuentran aún en estado de purificación en el Purgatorio.