In memóriam del Hermano Ángel Gárate Pérez

 El pasado 26 de Agosto fallecía en el Monasterio de Montserrat, (al que llegó en noviembre del 2015, cuando la orden benedictina salió de NUESTRO Monasterio de Valvanera), el Hermano Ángel (Ángel Gárate Pérez), a la edad de 90 años, de los cuales dedicó sesenta y seis al Monasterio de Valvanera con una labor impecable y modélica como monje benedictino; había nacido en Tejada (Burgos), donde nació un 22 de octubre de 1928 en el seno de una gran familia numerosa, sus padres Luis y Juliana y sus otros siete hermanos más. Llego a Valvanera el 28 de Agosto de 1940, llevando como monje desde 1945 (profesión simple), perpetua (1951), y solemne (1968).

 
Durante todos estos años en el Monasterio, ha sido muy popular y querido, pues prácticamente ha realizado todo tipo de tareas monásticas, realizando así mismo  labores de mantenimiento, de responsable de la central hidro-eléctrica, de chófer y mecánico de los vehículos de la comunidad, electricista, carpintero, albañil, hortelano, colmenero, leñador y con los licores. 

Daba igual la tarea. Allí donde se necesitaba su ayuda, allí estaba él, desarrollando una labor impecable como buen monje benedictino, monje obediente, monje austero e incluso estricto consigo mismo, pero amable y cercano con todas las personas que se acercaban al Monasterio, especialmente con los niños, con ese gran cariño que sentía por los chavales más pequeños que temporalmente se encontraban en el Monasterio con sus padres, jugando con ellos, llevándolos de excursión por el monte, etc., recolecta por la huerta, de compras, etc.

Muchos lo han definido como un “verdadero monje”,  “Un monje modelo”, “silencioso”, ”humilde”, ”trabajador incansable”, “fiel cumplidor de la regla”, ”siempre sonriente” y “ejemplo de devoción para los demás”.

El P. Jesús Martínez de Toda Torrecilla, el que fuera durante muchísimos años Prior del Monasterio y buen amigo de Ángel, lo recuerda por toda su trayectoria y dedicación a Nuestra Señora la Virgen de Valvanera. Lo conoció a fondo tras convivir junto a él desde 1965 pero ya lo conocía desde 1945 desde el noviciado. Cuenta alguna anécdota recordando una de sus preferidas… El hermano Ángel era cartero, por oposición, de la Comunidad y bajaba a esperar al Correo diario al cruce entre las carreteras de Valvanera y Anguiano, justo a la hora de comer, pues era la hora a la que éste, pasaba por el citado punto. Como la Regla dice que el que llegue tarde a la comida se pondrá de rodillas hasta que el prior le haga una señal, y aunque él llegaba tarde por el servicio que prestaba a la comunidad, se arrodillaba en el comedor de la Comunidad con total “naturalidad”, dando así gran ejemplo a todos los nuevos novicios, entre los que se encontraba el padre Jesús.

Sin duda alguna, gran pilar del Monasterio de Valvanera y a quien Valvanera le debe mucho.

En su  acto recordatorio, algunos miembros del Capítulo de Caballeros (Javier Diago, Gonzalo Vallejo, etc.), y el resto de admiradores de su labor continuada, rogamos una oración por el eterno descanso de su alma, sabedores que en sus últimos días (según el P. Abad de Monserrat, junto a su lecho, “ha estado una imagen de Santa María de Valvanera iluminada constantemente por una lamparilla, en una oración silenciosa para que la Santa Imagen que le había acompañado desde sus primeros pasos monásticos, acompañara ahora el término de su vida terrena”.         

Dios lo tenga en su gloria y Nuestra Madre La virgen de Valvanera a quien tanto amó y cuidó consagrándose como monje de Valvanera, lo habrá recibido en sus maternales y misericordiosos brazos, cobijándolo bajo su manto protector.

Como dijo nuestro Presidente, se nos ha ido “un gran valvaneriano”, gran persona que dedicó toda su vida al mantenimiento del Monasterio y al cuidado de nuestra Señora la Virgen de Valvanera. Desde allí, desde el Cielo, nos protegerá y se acordará de todos nosotros y del Capítulo de Caballeros, que tampoco lo olvidarán. D.E.P.

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