Cantemos todos a la Natividad del Señor
Hoy la Paz bajo del Cielo
Hoy brilla una nueva Luz
Un niño nos ha nacido
Un Hijo se nos ha dado
Canta el Cielo con los hombres
la salvación de nuestro Dios.
Hosanna en el Cielo, hosanna al Señor
Pero ninguna otra fiesta, ha sufrido un proceso de secularización más que esta; todos celebran la Navidad, pero pocos saben por qué lo hacen.
Precisamente es la liturgia cristiana, con todo el conjunto de celebraciones de estos días, la que puede dar cumplida respuesta a tanto vacío moral.
Celebramos un cumpleaños que, ni tan siquiera nos acordarnos ni mencionamos al homenajeado. Utilizamos las fechas para disfrutar de tiempo y ocio, para disfrutar de unos días en la playa, en la montaña o en la estación de esquí.
Gastamos ingentes cantidades de dinero en obsequios y regalos no para el homenajeado, no. Lo gastamos para hacernos regalos a nosotros mismos incluso sin pararnos a pensar si realmente lo necesitamos. Algo que «choca» totalmente con la humildad y sencillez en las que, nació el titular de ésta fiesta