Juan José Omella, cardenal con el título de Santa Croce in Gerusalemme
Omella fue nombrado cardenal junto a otros cuatro religiosos en una ceremonia en la basílica de San Pedro del Vaticano en la que Francisco llamó a los purpurados a no distraerse «con otros intereses» y mirar y ayudar a resolver problemas reales como la esclavitud, las guerras, el terrorismo o los campos de refugiados.
«Tenemos todos los humanos tendencia a lo fácil, y lo que es duro lo rechazamos», reflexionó Omella momentos después de ser designado con la púrpura.
El Papa Francisco otorga al arzobispo de Barcelona el título de la basílica conocida por albergar un relicario de la Pasión de Nuestro Señor. Era el título del recientemente fallecido, el cardenal Vlk. La Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén (en latín, Basilica Sanctae Crucis in Hierusalem; en italiano, Basilica di Santa Croce in Gerusalemme) es una de las principales siete iglesias de Roma, que los peregrinos tenían que visitar a pie en un día. Fue construida en el lugar donde se encontraban los palacios de Helena de Constantinopla, la madre de Constantino I el Grande.
La iglesia se encuentra a menos de un kilómetro al este de la de Archibasílica de San Juan de Letrán. Fue construida en el lugar que ocupaba un palacio fechado en el siglo III que había sido el hogar de los últimos emperadores. Una sala de este edificio, de 21,8 m de largo y 36,5 m de ancho, fue adaptada en el 350 para la construcción de la iglesia.
En el interior de la iglesia se encuentra la capilla de Santa Elena, cuyo pavimento fue cubierto con tierra proveniente de Tierra Santa. Debido a esta circunstancia recibió la iglesia su nombre particular de Jerusalén.
La iglesia contiene reliquias ligadas a la Crucifixión de Jesús. Entre estas se encuentran partes de la Vera Cruz, la cruz de uno de los dos ladrones, la esponja empapada en vinagre, la corona de espinas, clavos, y la inscripción del INRI. Estas reliquias, según la tradición, fueron traídas por santa Helena después de su viaje a Tierra Santa.
Las reliquias se conservan en el santuario “de la Cruz”, que se encuentra dentro de la sacristía de la basílica. Varios fragmentos más de la Cruz se conservan en iglesias de todo el mundo. De los cuatro clavos sagrados de la Crucifixión, los otros tres están, según la tradición, uno en la Corona de Hierro en Monza, uno suspendido sobre el altar mayor de la catedral de Milán y uno, de tradición más dudosa, en la catedral de Colle di Val d’Elsa, en la provincia de Siena.